08. El poder de la GRATITUD

💡 Vivir en gratitud es de las cosas más simples pero que más me ayudaron en mis inicios en proceso de cambio, y hoy quiero hablarte de esta sencilla y bonita práctica.


Damos por sentado muchas de las cosas que tenemos. No las apreciamos. Sin embargo tendemos a enfocarnos y ofuscarnos por todo aquello que no tenemos o creemos que nos falta. ¿Te sientes identificado? Tranquil@. No es tu culpa.

La mente está diseñada para ver la carencia, el problema y todos los peligros posibles porque, evolutivamente, era necesario para asegurar nuestra supervivencia. Sin embargo aunque ya no vivimos en la época de las cavernas nuestra mente sigue aplicando el mismo patrón y detectando los «peligros que nos acechan».

Es un gap evolutivo.

Si sueles dirigirte hacia la negatividad la gratitud es una de las prácticas más sencillas y poderosas para empezar a HACKEAR tu mente. Practicarla nos ayuda a ser más conscientes y a poner en valor lo que ya hay de bueno en nuestras vidas.

Puede parecer trivial pero condiciona completamente tu marco mental.

Levantarnos o acostarnos pensando “vaya día de mierda” o hacerlo valorando todas las cosas buenas que tenemos y que van bien en nuestra vida va configurar un marco de referencia («una realidad») completamente distinta en nosotros.

Si nos decimos continuamente lo primero estamos entrenando a la mente para prestar atención y detectar más aún lo negativo. Así que seguirá trayéndote y poniéndote delante pensamientos y situaciones para validar esta «realidad» que te dices a ti mismo. Eso es lo que vas a ver.

Sin embargo, si empezamos a ver y valorar lo bueno que ya hay y a sentirnos agradecidos genuinamente por ello, nuestra mente nos va a ir aportando más de esto. Empezará a estar más alerta a esas experiencias. Empezará a verlas, a detectarlas, a prestarles atención. Cambiará nuestra percepción. Y por tanto cambiará también nuestro marco de referencia y nuestra «realidad».


7 BENEFICIOS de cultivar la gratitud

¿En que puede ayudarnos cultivar la gratitud?

Las personas que cultivan la gratitud tienen un estado mental más positivo y feliz, una mayor resistencia emocional ante las situaciones complejas y estresantes y una mejor salud en general. Son personas más en paz, menos reactivas y más resistentes.

Y estas son algunas de las cosas que yo experimenté cuando empecé a practicarla:

1. Aprender a valorar lo que ya tenemos

Practicar la gratitud ayuda a ver las cosas que ya tienes (y a darles el valor que merecen), y no a anclarte tanto en lo que falta y en la carencia. Sería algo así como empezar a entrenar tu mente para ver el vaso medio lleno en vez de medio vacío. La cantidad de agua que hay en el vaso es la misma pero el significado otorgado es completamente distinto, ¿verdad?. Así que… ¿en que me fijo?. ¿Que significado le doy a esto?.

Esa mirada es una ELECCIÓN, y puede cambiarse practicando la gratitud.

Aprender a reconocer y apreciar las cosas buenas y bonitas que ya hay y que suceden en el día y que igual por el piloto automático o porque es algo tan habitual no valoramos o damos por sentado, ayuda a darle valor a la simpleza y a las pequeñas cosas. A ver lo extraordinario en lo ordinario. Y cultivar esto genera bienestar en nuestro día.

2. Dar el peso justo a los acontecimientos

Y a no hacerlos mas grandes de lo que en realidad son.

En mi caso, por ejemplo, mi mente tendía a centrarse siempre en esa mosquita gris que había sucedido en el día y eso podía llevarme, literalmente, la jornada al traste. Esa situación había pasado sí, pero también habían pasado otras cosas buenas e interesantes que quedaban anuladas por eso. Verlo en perspectiva hace que aunque suceda algo que no es de nuestro agrado no oscurezca todo lo que hay. No es “borrar” o negar ese acontecimiento que ha pasado (no es positivismo tóxico), pero es poder verlo sin magnificarlo ni exagerarlo, viendo el dibujo completo de una forma más objetiva.

3. Ayuda a crear momentos de pausa y de conexión contigo

Si te cuesta encontrar momentos para ti, la gratitud es una buena forma para empezar a cultivarlos. Es un pequeño ritual que puede hacerse para empezar a buscar esos espacios con uno mismo. Una practica sencilla que puede empezarse dedicando tan solo 3 minutos a detenerte y reflexionar sobre tu día: ¿que de bueno pasó hoy? ¿por que cosas o experiencias me sentí agradecido?. Y anotarlas en un diario.

4. Te ancla al presente

Algo inesperado que me ocurrió es que me empezó a anclar más al presente.

Cuando empiezas a practicar la gratitud y a llevar ese registro que comentaba en el punto anterior ya no la reconoces solamente en el momento de tu práctica, cuando repasas tu día para encontrar esos momentos y ponerlos sobre el papel, si no que empiezas a reconocerlos en el mismo momento en que suceden. Esto es mágico. Te ayuda a vivir más abierto y presente a los sucesos y lo valoras en el mismo momento en que esta sucediendo.

5. Un bálsamo para momentos complicados

En momentos de bajo estado de ánimo puede ser de mucha utilidad tirar de esa lista de cosas que vamos construyendo para recordarnos todo lo bueno que ya tenemos y ayudarnos a reajustar la perspectiva en esos momentos más bajos. Practicarlo a la noche incluso puede ayudarte a cerrar el día y irte a dormir más en calma y relajado.

6. Claridad y autoconsciencia

Anotando diariamente las cosas por las que estamos agradecidos puede ayudarnos a ganar claridad sobre lo que apreciamos, queremos cuidar y tener más en nuestra vida. Esta práctica nos puede ayudar a descubrir y hacer consciente lo que para nosotros es verdaderamente importante en nuestras vidas (y que será diferente y único para cada uno). Nos ayuda a aprender más sobre nosotros y a una mayor autoconsciencia.

7. Trae consigo aprendizajes (si sabemos verlos)

Esto es una vuelta de tuerca y no siempre es fácil, pero yendo más allá podemos incluso agradecer una experiencia negativa, un fracaso o una etapa que se cierra. De los errores, las caídas y la oscuridad podemos aprender mucho si somos capaces, a pesar de las emociones que pueda generarnos, hacer ese ejercicio de lectura. ¿Que me trajo esta situación? ¿que me enseñó? ¿en que soy mejor ahora y como eso me ayudó a crecer? ¿porque caí aquí? ¿que tengo que aprender?.

Si podemos sacar el aprendizaje que nos trajo podremos dar las gracias y incorporar esta nueva sabiduría a nuestras vidas.


¿Cómo practicar la gratitud?

Es uno de los hábitos más sencillos.

Se trata de anotar, cada día, 3 cosas por las que te sientes agradecid@: por lo que ya tienes en tu vida y/o por lo que haya pasado de bueno en el día (cosas que sucedieron, interacciones con otras personas que tuviste…).

🎯 La forma más sencilla es llevar un registro diario en una libreta (aunque también hay apps para esto).

👉🏻 Para ayudar a establecer el hábito puedes tener esa libreta visible en la cabecera de tu cama como estrategia para anclar tu práctica y hacerlo antes de dormir o al despertarte; o bien vincularlo al café de tus mañanas. Estas son algunas de las técnicas para fijar un hábito: hacerlo visible o vincularlo a algo que ya haces de forma habitual (hablo más de hábitos y estrategias en este post).

📅 Pruébalo por un mes, pero te aseguro que no tendrás que esperar un mes para ver sus beneficios… llegarán mucho antes.


Si lo pones en práctica cuéntame. Y si es algo que ya tienes incorporado, dime ¿que beneficios has notado tu?. ¿Añadirías algún otro de los 7 que mencioné?

¡Te leo!


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