9 cosas que me enseñó el minimalismo

Hoy quiero hablarte un poco más sobre el minimalismo. Ya hablamos de esto en el capítulo 7 de Génesis: 20 claves para el cambio, pero hoy quiero adentrarme un poco más en los beneficios que noté personalmente cuando empecé a introducirme en este estilo de vida. Y es que el minimalismo no trata de tener un número reducido de cosas. El minimalismo invita a hacer espacio a lo que realmente te importa y a quitar el ruido de todo aquello que no te está permitiendo verlo.



El minimalismo es una filosofía de vida que, básicamente, te ayuda a vivir más simple, más ligero y de forma más conectada a ti. Es hacerte preguntas para vivir realmente con las cosas que te APORTAN VALOR y son importantes para ti. Es conocerte mejor. Yo sigo aprendiendo y sigo sumergiéndome en él.

Te dejo con algunas de las cosas que el minimalismo me aportó:

1. Conocer y honrar lo que es importante para mí

Me llevó a preguntarme que era realmente lo necesario, importante y prioritario para mí en mi vida y eso me llevó a empezar a soltar todo aquello que no que no lo era. Siendo amable conmigo y sin prisas. Tiré lo inservible. Vendí cosas que ya no usaba. Doné y regalé a otras personas. Realicé fiestas de intercambio en casa para dar una segunda vida a prendas que estaban bien pero que ya no usaba ni me definían. Aparte de liberarme y sentirme más ligera, ver que objetos o bienes que ya no tenían uso ni sentido para mí y que solo ocupaban espacio ahora eran funcionales y iban a ser usados por otras personas me hizo sentir muy bien. Pero no solamente en un tema material, empecé a plantearme si estaba rodeada de actividades y personas que verdaderamente me aportaban y eran significantes para mí, o simplemente llenaban de ruido mi vida y ocupaban mi tiempo.

2. Dejar ir lo que ya no era en mi vida

El minimalismo me ayudó a cerrar ETAPAS. A despedirme de otras partes de mí. Porque no es un viaje solo a nivel de desapego material. Esos bienes materiales están muchas veces asociados a personas o épocas de tu vida pasadas. Quedarte enganchada a ellas era no cerrar etapas, era no saber despedirme de eso.

3. Ligereza y paz mental

A cada cosa que soltaba más ligera me sentía y más reafirmaba quien era. Todo lo que sueltas y dices NO te conecta más con lo que es un SI, y te hace sentirte cada vez mas yo. Empecé a vivir más simple y con menos cargas (físicas y emocionales).

4. Darme cuenta del exceso

Pude ver toda la “basura” y el “exceso” que acumulamos y que solo creaba ruido, caos y desorden en mi hogar. Me di cuenta de la cantidad de cosas extra que tenía y que en realidad no necesitaba o me habia preguntado (¿me hacen falta 20 platos llanos en la estantería de la cocina si vivo sola?). ¿Era necesario todo ese exceso en mis armarios y cajones?.

5. Tener un hogar zen

Mi hogar se hizo un espacio más zen. Espacios más libres (¡para no volverlos a ocupar!), limpios y ordenados. Un entorno así se hace mucho más sencillo y rápido de recoger. Un entorno así respira.

6. Generar espacios funcionales

El minimalismo me ayudó también a hacer espacio a lo que realmente me importaba. Adentrarme en él me hizo repensar y redefinir mis espacios adecuándolos a mis intereses reales y mis propias necesidades. No a los estándares de lo que «debería ser una casa o un salón». Al hacerme preguntas y definir que era lo importante para mí me hizo convertir mi hogar en un entorno que generaba querer hacer más de lo que me gustaba. En mi caso, le dije adiós a la tele y adecué un estudio musical más inspirador para sentarme a tocar el violoncello.

7. Estar en contacto con la creatividad

El minimalismo me ayudó también a ser más creativa. Empecé a dar otro uso a las cosas. A reparar y customizar ropa transformándola a un estilo más acorde a mi. Eso, junto a las fiestas de intercambio, se han convertido en algo que soy, que me representa y que forman parte de mí y de mi estilo de vida.

8. Ser un un estilo de vida.

Una vez me había deshecho de cosas que para mí eran un no, no quería volver a acumular con el tiempo. El minimalismo no es un destino, es una herramienta a a usar. Una vez estás haciendo todo ese trabajo de cuestionarte, tomas acción y empiezas a soltar, se trata también de mantener todo eso. Así que antes de meter nada nuevo me planteo si realmente necesito lo que voy a comprar, adquirir o lo que alguien quiere darme ANTES de que entre en casa. Trato de no generar de nuevo más ruido.

9. Sentir, cada vez más, que todo lo que tengo (y hago en mi día a día) me gusta y aporta

Esto, no tiene precio…


¿Y tú, practicas el minimalismo? ¿Hay algún otro beneficio que hayas notado y no haya comentado por aquí?

¡Te leo!


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