🖤 Y a ti, ¿que te hace feliz?. Hoy te quiero contar una historia personal, que sucedió hace unos cuantos años durante mi vida en Londres. Una pequeña anécdota que me sirve para reflexionar sobre el concepto de felicidad. Espero que la disfrutes.
Londres, 2008
Conocí a Graham una noche de agosto en el bar Underground de Tottemham Court Road, mientras sonaban los acordes de la última canción y las luces del local se encendían. Una de esas noches que se hacen cortas y tremendamente intensas a tus veinte.
Había pasado todo mi verano en Londres.
Entre el grupo personas que nos juntamos y salíamos a la calle mientras pensábamos cómo continuar exprimiendo las horas, recuerdo tener frente a mí a dos personas completamente opuestas. Una extrovertida, abierta, enérgica que hacía captar todas las miradas con sus trucos de magia. El alma de la fiesta. La otra más pausada, magnética, profunda… El escritor que hacía demasiadas preguntas, que hurgaba en emociones que yo no era capaz de responder.
- ¿Cuánto tiempo te queda en Londres?
- Dos días - respondo
- Dos días... Mmmmm... Dos días completos para mostrarte una parte de Londres que estoy seguro no conoces. Mi Londres.
Quedamos al día siguiente en King’s Cross. Yo había llegado pronto a la cita y me quedé en un extremo de la avenida. Vi a Graham salir de la estación, sin sentirse observado. Recuerdo que tenía un aire tranquilo y confiado. Siempre me fascinaron las personas que emanan un aire de seguridad y confianza en sí mismas. Él la tenía.
Cogimos el tren a East Dulwich, paseamos por los parques y las tiendas de vinilos de un barrio de ensueño y acabamos el día en un pub ruidoso para tomar una última pinta y seguir charlando.
En un momento dado, Graham me miró divertido, y me preguntó:
- ¿Que te hace feliz?
La pregunta me pilló totalmente desprevenida.
Para la Jess de aquella época la felicidad era algo serio y sentía que tenía que contestar algo a la altura, importante. Pero me quedé bloqueada, sin saber muy bien que contestar. Entonces Graham miró hacia la mesa y al plato de chips que nos acababan de traer, y con aire distraído, dijo:
- A mí me hace feliz crujir las patatas con mis dedos
(mientras las rompía entre sus manos, sonriéndome).
Mirando la escena, recuerdo pensar: está loco. ¿Crujir? ¿patatas? ¿felicidad?. No entendía todas esas palabras unidas en una misma ecuación. Sin embargo Graham me estaba mostrando en ese momento algo que no supe ver. Ojalá lo hubiera entendido entonces, pero lo aprendí y comprendí con el tiempo.
Barcelona, 2023
Hoy sé que la felicidad no es esa fase final a la que llegas cuando has logrado “tal” objetivo y que viene a consecuencia de algo que suele ser bastante duro, grande e intenso, que requiere de esfuerzo. Eso es lo que pensaba la Jess de entonces, la Jess de Londres.
Ejemplos como: “cuando me independice seré feliz”, “cuando tenga mi hogar seré feliz”, “cuando acabe la carrera seré feliz”, “cuando tenga un buen trabajo seré feliz”…
CUANDO, cuando, cuando…
El cuando que nunca llega y que cuando llega o bien te das cuenta que no es ahí o bien te sientes exactamente igual un poquito después de alcanzarlo. Porque el hecho es que tener una vivienda o independizarme no me hicieron más feliz y la promesa del “buen” trabajo nunca llegó (o nunca lo fue realmente).
Momentáneamente existían esos momentos de euforia y felicidad cuando alcanzaba cosas que quería, claro que sí, pero luego todo volvía al mismo color y al mismo sabor.
¿Y ahora qué?, ¿y entonces qué es?, ¿esto es todo?, ¿qué más debo hacer?.
¿Has tenido la sensación de estar a punto de llegar a la meta y que de repente, esa cinta que estás apunto de atravesar te la alejen unos metros más allá?. ¿De estar cerca pero nunca llegar?.
A mí me pasaba continuamente. Y durante mucho tiempo me sentí estafada.
Es el peligro de vivir en piloto automático y convertir la felicidad en la consecución de metas.
Para ejemplificar esto con algo gráfico.
Me saqué una carrera. Fueron cinco años de universidad (¡cinco!) pero… ¿Disfruté realmente de ello?. ¿Aprendí tanto como hubiera podido?. ¿Me impregné de todo el conocimiento y vida universitaria?. ¿Qué podía haber hecho para que ese viaje fuera más degustable?.
Mirando ahora atrás, siento que me parecía más bien un trámite. Algo que sacarme de encima para seguir adelante y así ir coleccionando banderitas, como en una gincana, pasando una etapa tras otra hasta llegar al final del juego.
- parada 1. ¿Título universitario?: ✅ - parada 2. ¿Máster? (¡allá vamos!) - parada 3: Conseguir un BUEN trabajo - parada 4: Independizarme - parada 5: (inserta aquí lo que quieras...) - - destino final: FELICIDAD
Realmente no es una buena estrategia.
Así que con el tiempo finalmente entendí que la felicidad debe estar en encontrar y sentir gozo en el propio camino. Estando obviamente en uno que te ilusione, aprender a disfrutar y hacer conscientes, ya HOY, las cosas que tienes y has detectado que te aportan bienestar.
Entendí que la felicidad es algo que uno mismo crea, construye y nutre día a día, convirtiendo su entorno y sus días en algo significante ya HOY. Que no está tanto en la consecución de una meta ni es un destino concreto al que llegar, porque (1) si te enfocas tanto solo en ese final te pierdes la vida pasar y (2) porque condicionar la felicidad a conseguir o no algo puede ser una estrepitosa condena al fracaso (ya que no siempre lo lograremos y porque seguramente necesitaremos otra cosa después).
Graham. Si hoy me preguntaras podría darte una lista entera de cosas que me hacen feliz, con las que disfruto y que trato de tener presente en mis días. Aprendí a identificarlas, valorararlas y darles espacio en mi vida.
Todos tenemos, pero ¿las disfrutamos?, ¿le prestamos atención?. Es como comerte un plato delicioso en 5 segundos (¿te enteraste de su sabor?).
Si tus días son repetitivos y te sientes apático, tal vez uno de los motivos sea porque nuestra vida va muy rápido y una de las primeras cosas que podemos hacer es empezar a desacelerar.
📌 PRUEBA ESTO
💡 Te animo a identificar y anotar 10 pequeñas cosas que te hacen sentir bien y pregúntate si están presentes en tus días. Si no lo están, empieza a enfocarte en que tu semana tenga alguna de esas cosas de la lista (hazlas presentes). Si sientes que el día no te da para más, haz una lista de todo en lo que actualmente andas metido y ve ELIMINANDO poco a poco todo lo que no te aporta para dejar espacio a aquello que sí, creando así pequeñas pausas para incorporar algo de esa lista en tus días.
Empieza por ahí, por algo sencillo, como quien adereza con especies su comida intensificando el gusto de lo que ya hay en el plato.
A veces con esto bastará.
Otras, habrá que hacer algo más…
👉🏻 Si quieres ir más profundo y te interesa el contenido sobre desarrollo personal, te invito a que te des una vuelta por el blog y te vayas adentrando en otras herramientas que puedan inspirarte para ir creando tu propia ZONA DE FLOW (un entorno significante donde realmente quieras estar, no del que deseas escapar).
*Cada domingo encontrarás nuevo contenido.
Gracias por leerme y llegar hasta aquí 🖤
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