Este post forma parte de una serie donde aúno 20 aprendizajes y herramientas clave que me ayudaron a vivir una vida más armónica y en flow. Si quieres profundizar y descubrir todo ese contenido puedes hacerlo AQUÍ. Este es el segundo bonus track, y ya sí, el final de Génesis, y hoy quiero hablarte de las recaídas y de su papel dentro de la evolución en el desarrollo personal.
“Las recaídas forman parte del proceso”
Recuerdo claramente, estudiando psicología, en una asignatura sobre adicciones esta frase que se me quedó grabada.
En ese momento yo pensaba que una recaída claramente era un fracaso en el tratamiento pero, en realidad, es solo una fase más en el proceso de transformación. Y es importante verlo así. Una caída en el camino «vuelve» a mostrarte cosas. Algo que no vieras del todo, aspectos que tal vez no se estaban aplicando correctamente u otras áreas que también tenían que cambiar y evolucionar.
Es importante saber que el proceso de cambio en el desarrollo personal, y en realidad en cualquier desarrollo, no es lineal ni en ascensión total. Eso es lo que nos parece o lo que creemos ver en los demás porque no conocemos su viaje, pero en realidad la linea de evolución se parece más bien a una montaña rusa.
Con subidas y bajadas.
Lo bueno a decir aquí es que si vuelves a caer ya no estas en el mismo punto de partida. No partes desde el inicio. En el camino podrán seguir habiendo caídas pero en cada caída, la distancia al suelo es menor y sobretodo se es capaz de levantar el vuelo más rápido, porque hay cosas ya aprendidas.
Esa caída nos hace a volver a mirar, recordar y recuperar las herramientas adquiridas y convertirse en una nueva oportunidad para volver a aplicarlas. Y eso a su vez provoca que vuelvan a fijarse de un modo más profundo. Cada vez que las utilizas las vas haciendo más tuyas y se van integrando en tu ADN.
Una (re)caída puede servir para volver a eliminar del camino aquello que no deseas o no funciona. Vuelve a recolocar las cosas. Y puede hacerte comprometerte más y seguir adelante.
Pueden ser maestras si aprendemos a verlas así.
Cuando te encuentres de nuevo en el suelo: ¿Que hago de nuevo aquí? ¿Que ha venido a enseñarme esta situación? ¿Que me quiere contar esta nueva caída?. Tal vez hay algo que todavía no acaba de funcionar, alguna pieza que falta por encajar o algún patrón antiguo que nos está saboteando. Es importante verlo porque si no prestamos atención a esto, más tarde o más temprano podemos seguir cayendo una y otra vez en esa misma piedra.
La caída señala la dirección, indica donde hay que mirar y qué falta seguir trabajando.
Si encuentras caídas en tu camino, si dudas de nuevo… tranquilo@, forma parte del proceso, recuerda:
«Una caída no es ir hacia atrás,
es una fase más para continuar avanzando»
Y para poder verlo así que importante es la ACTITUD que tengamos cuando esto suceda. Los obstáculos y los fracasos nos hacen ganar experiencia. Nos hacen resistentes. Ninguna persona de éxito lo es sin haber superado fracasos antes.
Si te lanzas a por algo fallarás y caerás, ¡seguro!. Dudarás. Pero esos fallos son los que te acercan al éxito que estás buscando. Lo importante es cultivar la actitud para resistir, aprender de esas «caídas» y convertir eso en una ventaja para salir adelante. No olvidemos que el mayor obstáculo está en nuestra cabeza: nuestra mentalidad. Cómo nos percibamos a nosotros mismos y a nuestras capacidades es lo que va a hacer que continuemos o abandonemos. Podemos ser nuestro peor enemigo o nuestro mejor aliado. Así que, que decides hacer ¿encontrar una vía para seguir o para rendirse?.
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