La llave (o cómo traer a tu mente aprendizajes)

No aplicar en tu vida lo que aprendes es como ir a una tienda y marcharte dejando la compra pagada en el mostrador. Si estás en un proceso terapéutico, leíste un libro o pasaste por una formación es muy probable que si dejas pasar el tiempo todo lo que aprendiste se diluya y quede en el olvido. ¿Te ha pasado?. Que desperdicio, ¿no?

Hoy te traigo un concepto sencillo pero muy práctico para evitar esto.


Una manera de aplicar lo aprendido, fijar ese conocimiento y integrarlo en tu ADN es mediante pequeños trucos o señales que te hagan traer de vuelta de forma fácil aquello que aprendiste para, en caso necesario, poder aplicarlo de nuevo. Y esto de los trucos es algo tuyo y muy personal. Es importante que los crees tú y que signifiquen algo para ti para que puedan servirte de recordatorio.

A mi me pasaba. Consumir un montón de información y contenido que luego quedaba en el olvido. Y es que si no se aplica no sirve. Cuando descubrí este concepto fue un antes y un después. Empecé a no dejarme la compra en el mostrador.

Yo llevo una llave colgada al cuello que me trae de vuelta algo que aprendí en un festival al que asistí este verano, el Festival of Consciusness (un festival sobre desarrollo personal que se celebra en Barcelona).

En ese festival viví dos cosas verdaderamente importantes que, aunque ya sabía a nivel mental, experimenté físicamente. En un mismo día pasé por dos estados que demandaban diferentes formas de adaptarme. La primera, control mental. La segunda, soltar los frenos. Esos aprendizajes quise tenerlos muy presentes. Y esa llave colgada al cuello (la señal que creé) me ayuda a tenerlos siempre accesibles.

👉🏻 Si quieres conocer qué ocurrió en el festival y la historia detrás de esa llave, te invito a seguir leyendo.


TALLER nº1. Baños de hielo – el método WIN HOF 🧊

El primer día de festival asistí a este workshop.

Igual te suena el método WIN HOF. Someterte a baños o duchas frías mejora, entre otros beneficios, tu sistema inmune. En el taller, con toda una preparación previa a nivel introductorio y de respiración, entrábamos en una bañera repleta de cubitos de hielo a una temperatura alrededor de -4ºC. Recuerdo perfectamente cómo el instructor, Uri de Ice Bath Barcelona nos dijo:

«Tomaros un momento con vosotros antes de entrar, para prepararos mentalmente ante una experiencia que en principio puede ser extrema».

Era como tomarte un momento de pausa contigo para decirte: “Eh! nos vamos a meter aquí, no entré por casualidad, sé a lo que vengo”. Es poner conciencia a lo que tienes delante, porque yo puedo patalear y gritar todo lo que quiera pero el agua está fría y NADA de lo que haga podrá cambiar eso, pero lo que SÍ puedo hacer y sobre lo tengo SÍ tengo control es sobre mí y como reacciono ante eso externo. Puedo redirigir el foco y la atención en mí, controlar mi respiración, mi concentración, calmarme… 

*En realidad con el método Wim Hof no solamente preparas tu cuerpo, exponiéndote poco a poco a esas temperaturas para ir ganando resistencia, también vas entrenando esa fortaleza mental para situaciones de la vida (externas a nosotros) que pueden cambiar y perturbarnos.

TALLER nº2. Ceremonia de tabaco y cacao 🌀

A la tarde me asistí a una ceremonia de tabaco y cacao.

Y aunque había elegido conscientemente inscribirme en este taller tenía algunas resistencias porque me daba cierto miedo y respeto poder tener una mala experiencia. Mientras esperaba en la sala mi turno observé a mi alrededor a varias personas que ya habían tomado la medicina sagrada toser y vomitar.

Mi mente, que había entrado en modo pánico se estaba fijando en ese momento en todo aquello que había en el ambiente relacionado con mi temor y traía a mi cabeza pensamientos como:

“¿Lo ves? Esto no va a ir bien…”.

Por un momento, pensé:

“Estoy en jaque. Si me voy pierdo (porque estoy dejando que el miedo me controle y no me deje hacer algo que en realidad me apetece mucho hacer). Si me quedo pierdo, porque me voy a meter en la experiencia con miedo y no quiero vivirlo desde ahí«.

La situación a todas luces era complicada.

Sentía que hiciera lo que hiciera perdía.

Con todo esto en mi cabeza empecé a respirar para tratar de bajar las pulsaciones, a poner el foco en mí, tratar de calmarme… y así empecé a pasear nuevamente la mirada por el resto de la sala. Y fue entonces cuando empecé a ver otras cosas. Empecé a percibir la música que sonaba (que hasta entonces no había hecho mucho caso) y a adentrarme y dejarme llevar por ella. Empecé a fijarme en la sala, que estaba decorada con muy buen gusto. Era un espacio cálido y acogedor, realmente un bonito lugar donde estar. Empecé también a observar que sí, que había personas tosiendo a mi alrededor, pero también muchas otras con una cara muy plácida (aún recuerdo la de un señor que podría ser mi padre dando la mano a su pareja, con los ojos cerrados y una sonrisa amorosa en sus labios…).

En realidad en esa sala estaban pasando muchas cosas al mismo tiempo.

Puestos a fijarme en algo de lo que estaba sucediendo allí ¿por qué decidía fijarme solo en aquello que podía ser una “mala experiencia?”.

Así que, activamente, decidí descartar ese pensamiento y elegir otro en su lugar. A no quedarme, ni engancharme, con el primero que llegaba a mi cabeza.

“No me sirves. ¡NEXT!»

Puestos a quedarme con un pensamiento quiero uno bueno. Elijo pensar que va a ser una buena experiencia.

Y entonces recordé el taller de la mañana en los baños de hielo, ese momento previo con uno mismo antes de entrar en el agua, y hice exactamente lo mismo. Me tomé ese espacio conmigo. Y entonces le dije a una parte de mí:

“Vamos a hacer esto, necesito por favor que me dejes y que sueltes el control. Quiero vivir la experiencia, todo va a estar bien”.

En ese momento algo se conectó, me relajé y sentí que todo estaba bien.

Y desde ahí, ya sí, pude iniciarme en la ceremonia.

Salí del JAQUE.


👉🏻 ¿Que aprendí allí?. ¿Que viví allí?. Que las dos cosas son necesarias. Es importante tomar el control y no dejarte arrastrar cuando las cosas fuera (en la vida) se ponen feas. Cultivar esa actitud para que no te perturbe ni te tumbe. Pero al mismo tiempo demasiado control mental puede ser rígido para algunas experiencias y es importante aprender soltar y dejar la mente a un lado en determinadas ocasiones. Todo es BALANCE.

🗝️ La llave me la regaló Marina, de BeOm en un taller sobre minimalismo emocional al día siguiente. Y al cogerla entre mis manos supe enseguida que me servía de símbolo para traer rápidamente esos aprendizajes a mi consciencia.

Cuando siento dudas ante una situación o experiencia que tengo delante, toco la llave y me pregunto: en esta situación ¿necesito control mental o soltar los frenos? ¿el agua está fría? ¿puedo hacer algo?. Y sobretodo, en última instancia, siempre me trae que yo tengo la llave y por tanto puedo ELEGIR. Me devuelve el poder en caso de sentirme perdida.


Para mí ese fue el INSIGHT que me llevé de aquella experiencia en el Festival, y con esta pequeña historia y vivencia personal te invito a que hagas lo mismo y busques también tu señal para poder traer a tu mente, de forma fácil, aquello que sientas que es importante y necesites recordar.

Si te apetece compartir coméntame cual encontraste para ti. ¡Te leo!


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